Un 2022 con niños y niñas sentados en la mesa de la democracia

El 10 de diciembre se recuerdan dos hechos muy importantes para el desarrollo de nuestra sociedad: por un lado, la conmemoración de la Declaración Universal de los DDHH y, por otro, el recibimiento del Premio Nobel de Literatura de nuestra célebre Gabriela Mistral, quien se transformó en la primera mujer en Latinoamérica en ganarlo.

¿Cómo afecta esto a niños, niñas y adolescentes hoy? Mucho. Sobre todo en el contexto histórico que estamos viviendo en el cual se está discutiendo un nuevo texto constitucional para nuestro país, donde esperamos que los niños, niñas y adolescentes sean reconocidos, por primera vez, como sujetos titulares de derechos en este nuevo pacto social. Cabe destacar que la Convención de Derechos del Niño ya lo establecía en el año 89, pero hasta la fecha esto no ha quedado explicitado en ninguna norma nacional.

Gabriela Mistral tuvo entre sus principales preocupaciones la importancia de la democracia, el devenir de los pueblos y el bienestar de los niños. Cómo no recordarla en estos momentos donde sus lúcidas palabras alumbran las ideas que están cuajando para tener un país que respeta, protege y garantiza los derechos de sus niños, niñas y adolescentes. No para que sean futuros buenos y buenas ciudadanos -porque ya lo son-, sino para que sus opiniones y sus derechos económicos, sociales, culturales y ambientales sean respetados, y para que sean protegidos contra cualquier tipo de violencia.

Tanto se ha hablado de la niñez y la adolescencia estos últimos años, incluso con eslóganes gubernamentales como “Los niños primero”. Pero hoy esperamos que por fin pueda hacerse justicia y puedan sentarse a la mesa de la democracia, como les corresponde.

 

Francisca González, Socióloga Área Derechos de la Niñez y Redes de Corporación Opción