Teletrabajo emergente: una posibilidad en tiempos de pandemia

La crisis sanitaria y social que vivimos tiene implicancias en esferas muy importantes para las personas, como lo son la vida laboral y la familiar. Esferas que más que nunca se encuentran y buscan espacios de conciliación.

En cuanto a lo laboral, se ha dispuesto el teletrabajo como la única opción para muchas organizaciones y personas de mantenerse activas en su quehacer. En los escenarios normales de empleo, el trabajo a distancia se había planteado como una opción, la mayoría de las veces, ajustada a la estrategia de la organización y/o decisiones relativas a la flexibilidad laboral. No se realizaba de manera imperiosa, como ocurre actualmente. Hoy, parece más pertinente hablar de un teletrabajo emergente, ya que en muchas organizaciones se gestó reactivamente a la crisis, sin mayor posibilidad de planificación.

Pensar un teletrabajo sostenible conlleva desafíos. Uno de ellos es lograr un rediseño de la tarea que no solo incluya el contenido de lo que se hace, sino que también considere el contexto y las condiciones en las que se desarrolla el trabajo a distancia.

En cuanto al espacio familiar, la realidad es que hoy la doble presencia en las esferas productiva y reproductiva, propia principalmente del espacio mental, es ahora también física. Muchos/as están en un mismo espacio físico trabajando para el hogar y la oficina, en un tiempo de crisis externa que tendrá su expresión –con todos sus matices– a nivel interno. Además, las demandas, sobre todo para ellas, tienden a aumentar respecto al rol de cuidado y co-regulación del sentir familiar. 

En el desafío de lograr un diseño sostenible para el trabajo a distancia se tendrá que considerar el ámbito de la conciliación trabajo y familia, ya que de ello dependerá en parte el bienestar de quienes forman parte de la organización.

Por último, la promoción de espacios de autocuidado resulta importante. Probablemente esto se logré a través de la cercanía con los equipos de trabajo, de la claridad en lo que se espera (fundamental en el trabajo a distancia más aún en contexto de incertidumbre), y del desarrollo de instancias de autocuidado con diseños ajustados a la realidad de cada grupo y experiencia, permitiendo el reconocimiento del otro como un ser legítimo y válido.

La respuesta a estos desafíos invita a pensar en nuevas lógicas de trabajo, las cuales por supuesto requieren esfuerzo y creatividad. Quizás estas nuevas formas nos lleven a encontrarnos también con espacios de mejoras antes no vistos.

*Gabriela Espinoza, Coordinadora del Área de Gestión y Desarrollo de Personas de Corporación Opción