Niños en situación de calle: Mañana será tarde

En los últimos días se ha dado a conocer el número de niños, niñas y adolescentes que viven en la calle.  Según lo informado son 547, sin perjuicio de que, según lo indicado por la autoridad, es muy probable que sea un número mayor. Sea cual sea la cifra, es una realidad que requiere medidas profundas.

La situación de niños, niñas y adolescentes en Chile es, en términos generales, nefasta. A lo que hemos sabido sobre los niños que viven en la calle, debemos agregar que nuestro país tiene el consumo de alcohol más alto de América Latina en este segmento etario; la peor salud mental, cuyos índices de prevalencia de trastornos ansiosos, depresión y conductas agresivas duplican las tasas mundiales; altos índices de obesidad; y baja actividad física. Junto con lo anterior, la violencia que se ejerce hacia ellos no ha variado en los últimos diez años, lo cual indica que el 71% refiere haber sido víctimas de algún tipo de maltrato.

 ¿Qué estamos haciendo mal? Las respuestas son múltiples, pero todas tienen como base una falla sistémica profunda. No se trata únicamente de adultos con pocas habilidades de cuidado o de un sistema de protección estatal insuficiente. Se trata de una profunda indolencia hacia los niños y niñas en su condición de seres humanos, titulares de todos los derechos, que tienen necesidades hoy, y no mañana.

Como sociedad los hemos abandonado. No solo a los que hoy ven pasar la vida durmiendo en una vereda, sino también a los que no pueden acceder a garantías mínimas de salud mental, a los que carecen de oportunidades educativas, a los que viven asediados por el narcotráfico, a los que no cuentan con áreas verdes donde jugar.

Las medidas asistenciales, como habilitar espacios exclusivos donde pasar la noche, son necesarias ante la urgencia, pero no resuelven el problema. Más importante es otorgar un piso mínimo de derechos y garantías para niños, niñas y adolescentes. Este es el único camino que puede generar acciones preventivas y protectoras que nos permitan abordar las necesidades urgentes de la infancia en Chile, antes de expulsarlos a la calle. Mañana será tarde.

*Milagros Nehgme, Directora Ejecutiva de Corporación Opción