Declaración Universal de los Derechos Humanos

El 10 de diciembre de 1948, en la Asamblea General de la Naciones Unidas, reunida en París, se proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Suscrita por la mayoría de los países del mundo, constituyó uno de los primeros acuerdos de carácter internacional de reconocimiento, protección y promoción de los derechos humanos. Esta Declaración, compuesta por su preámbulo y 30 artículos, es relevante hasta el día de hoy, ya que establece los derechos fundamentales de las personas. De forma universal, obliga a los Estados, permitiendo que estos derechos sean exigibles por cualquier persona o comunidad, más allá de las fronteras geográficas, culturales, idiomáticas, y sin discriminación alguna, de tipo racial, religiosa, de edad, de género o política. En definitiva, un primer idioma universal centrado en la persona humana.

A 74 años de su promulgación, sería hermoso poder decir, que estos estándares mínimos de respeto entre los seres humanos se han logrado, lamentablemente no es así y sabemos que falta mucho por alcanzar. Sin embargo, indudablemente desde esa fecha ha habido avances, pues a partir de esta declaración, han surgido numerosos tratados y convenciones internacionales, que han profundizado en muchos de sus postulados, surgiendo desde allí la necesidad de políticas públicas para que cada país vaya avanzando en estándares mínimos de respeto. En este sentido, la Declaración Universal de Derechos Humanos, además es una especie de ruta de declaración de principios, a la que debemos estar siempre atentos y atentas para no perder el rumbo ni decaer en este largo camino y ser realmente defensores y promotores de su conocimiento y aplicación.

Milagros Nehgme, Directora Ejecutiva de Corporación Opción