El contexto de confinamiento, cuarentenas y distanciamiento físico impuesto por el Coronavirus ha obligado a muchos profesionales a buscar nuevas fórmulas para desarrollar con éxito su trabajo. Denisse Arriagada, psicóloga del Programa PIE Puerto Aysén de Corporación Opción, es un ejemplo. Para ella, el mayor desafío fue encontrar la mejor estrategia para dar continuidad a los procesos de terapia familiar en los que ella participa, pero esta vez de manera no presencial: “Los niños, niñas y adolescentes que atendemos esperan que nosotros, como profesionales, nos mantengamos apoyándolos en las distintas áreas de sus vidas”.
Para estar a la altura del desafío, dice la psicóloga, “ha sido necesario comprender en profundidad el funcionamiento familiar y las características propias de este, a fin de determinar cuál será la intervención más idónea. A partir de esto, es determinante utilizar recursos terapéuticos dinámicos que favorezcan la capacidad de motivar a los niños, niñas y adolescentes, y sus adultos significativos, a mantener una disposición e interés en desarrollar las actividades que darán continuidad al desarrollo de objetivos propuestos en el Plan de Intervención”.
Entre los factores más relevantes para que la terapia a distancia funcione, Arriagada destaca: “Resulta relevante propiciar y mantener un vínculo terapéutico que favorezca un ambiente de confianza, que permita profundizar en temáticas significativas para abordar las experiencias de vulneración; promover habilidades cognitivas, emocionales y socioconductuales en los niños, niñas y adolescentes; y, a su vez, desarrollar habilidades en los/as adultos/as protectores para contribuir en este proceso”. “Ha sido importante también favorecer un ambiente de intervención óptima respecto al entorno en que se desenvuelve la familia en dicho encuentro, a fin de que puedan desarrollar la sesión de la forma más cómoda posible y conocer a su vez la disponibilidad de acceso a medios de comunicación vía internet y/o llamada telefónica que permitan llevar de manera favorable la sesión de terapia”, complementa la profesional.
Siguiendo cada uno de estos pasos, la psicóloga del Programa PIE Puerto Aysén se muestra satisfecha con los resultados, señalando que junto al equipo del proyecto ha logrado optimizar los recursos para realizar las intervenciones por videollamada y de manera integral, incluyendo a las redes vinculadas a los niños, niñas y adolescentes, y a sus adultos responsables: “Ha sido una experiencia de enriquecimiento profesional frente a una situación de contingencia”.